¿A qué huele? ¡Es el suave aroma de la Navidad! Anteriormente ya hemos hablado sobre cómo afectan los olores a una empresa o un negocio y por qué es necesario tener en cuenta este aspecto a la hora de diferenciarte de tu competencia. ¿Nunca te has parado a pensar por qué te encuentras tan a gusto en una cafetería donde siempre huele a bollería recién hecha? ¿Por qué siempre huelen a limpio las tiendas de ropa? ¿Cómo es que olor a canela se asocia al bienestar? Sigue leyendo para descubrirlo.
¿Qué es la aromacología o psicología de los olores?
Muchas veces cuando se habla de aromacología se suele confundir con aromaterapia y no son exactamente el mismo concepto. Mientras que la aromaterapia es el uso terapéutico de los aceites esenciales de las plantas aromáticas, la aromacología estudia el impacto de dichos aromas en la psicología de la mente humana y cómo puede afectar al comportamiento y a los estados de ánimo. También se la conoce como psicología de los aromas.
El sentido del olfato está conectado a una parte del cerebro en la que se procesan las emociones. Cuando olemos algo, la información que recogemos va directo al hipocampo en nuestro cerebro. Estas áreas de la mente humana son las responsables de gestionar los sentimientos, las emociones y los instintos e impulsos. Es por esto que es muy fácil asociar un aroma a un estado de ánimo o a un sentimiento en particular.
En el caso de otros sentidos como el tacto, la vista o la audición, están conectados al hipocampo por una corteza intermedia, no directamente. Es por esto que con el olfato generamos sensaciones más potentes que con otros sentidos.
Con esto en mente, tiene significado el que se hable de que un olor puede modificar nuestro estado de ánimo. ¿Por qué no usarlo en nuestro favor y hacer que nuestros clientes se encuentren a gusto y quieran volver a contratar nuestros servicios?
¿Qué hace que amemos un olor?
Igual que existen aromas que nos conectan a recuerdos positivos, también existen aromas que no nos gustan y no sabemos explicar la causa. Posiblemente estos olores estén conectados a algún tipo de recuerdo estresante o doloroso, o situaciones del pasado que no queremos recordar. Por esto, tener unos conceptos de aromacología y conocer cómo podemos beneficiarnos de las fragancias para crear distintos ambientes siempre es una buena táctica pero, ¿qué hace que amemos un olor?
Si nos paramos a pensar en el olor a pan recién horneado seguramente la primera idea que nos venga a la cabeza sea la del hogar. Los olores a pino suelen evocar recuerdos navideños o los olores cítricos suelen ser asociados a la limpieza. Nuestras vivencias y la crianza son fundamentales para reconocer y asociar aromas a sentimientos, pero también lo es la cultura.
En Europa y Norteamérica las esencias cítricas son sinónimo de sentimientos alegres y refrescantes, mientras que la lavanda se asocia a la calma y el relax. Si viviésemos en Japón, el aroma de la calma es el jazmín, mientras que el de la alegría es el agua de rosas. Curioso, ¿verdad?
Aunque cada individuo asocie los aromas de una forma, pues dependen de las vivencias de cada uno, gracias al estudio de la aromacología se ha demostrado que existen ciertos patrones que pueden influir en el estado de ánimo.
¿Qué tipo de fragancias son recomendables según la aromacología?
Según la aromacología, los olores florales, cítrcos y a madera son los que más asociados están a recuerdos positivos. Vamos a hablar de cada uno de ellos en detalle:
- Esencias Florales: estos aromas sirven para llenar de energía al cuerpo y nos ayudarán a completar todas las tareas que tengamos que hacer en ese día. Aromas como la rosa o el jazmín son unas buenas opciones.
- Esencia de Romero: si estás haciendo algo que necesite de mucha concentración o estás estudiando, está demostrado que el olor a romero ayuda a mejorar la concentración.
- Esencias de madera: los aromas a madera ayudan a controlar la ansiedad. Este tipo de olores se recomiendan para tiempos de mucho estrés.
- Esencias cítricas: este tipo de aromas suelen ser muy comunes porque nos rememoran recuerdos felices y nos ayudan a mejorar el estado de ánimo.
Elegir un buen aroma es esencial, pero también deberíamos tener en cuenta las diferentes estaciones del año. Elegir aromas más cítricos en verano y más amaderados de cara a los meses fríos hará que la imagen que se asocia a tu empresa esté más enfocada a lo que queremos transmitir.
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