Desde hace generaciones, los niños y niñas han llenado los siempre insuficientes minutos del recreo en las míticas modas de colegio. Juguetes para niños y otros utensilios que ‘lo petaban’ durante el descanso y suponían de recreo. Aunque parezca que las cosas han cambiado mucho desde los años 80 hasta la actualidad, lo cierto es que estas tendencias comparten más paralelismos que diferencias.
Por qué siempre fueron un éxito las modas de colegio
Primero hay que entender los mecanismos psicológicos por los que estos juguetes infantiles de moda siempre han sido un éxito a través de las generaciones. No hay que olvidar que los niños, como los cachorros de otras especies, aprenden jugando. Y aunque nuestros juegos son más complejos, básicamente, nos ayudan a desarrollar nuestras aptitudes y actitudes psicológicas de cara a nuestra edad adulta.
Las modas de colegio nos permiten desarrollar factores psicológicos fundamentales para nuestra vida adulta. Y aunque cada juguete infantil tiene sus matices, básicamente podríamos hablar de tres grandes estímulos que nos generan estas modas de recreo: Hablamos del sentimiento de pertenencia, del desarrollo de la competitividad y del liderazgo. El primer aspecto es quizás es el más importante, ya que como animales sociales nuestro sentimiento de pertenencia al grupo es crucial para desarrollarnos como individuos. Todos recordamos haber cambiado cromos, tazos u otros juguetes de moda con gente a que no nos caía bien o no conocíamos y con los que después hemos entablado una relación social básica o incluso una amistad.
Los otros dos aspectos también forman parte de nuestra condición como ser humano. Tanto la competitividad como el liderazgo son dos características que nos servirán en nuestra edad adulta para posicionarnos socialmente. Y estos juguetes de moda nos ayudan a cultivarlas. La peonza, las canicas o los gogos contenían unas mecánicas de juego en las que ganar al adversario suponía conseguir más de estos juguetes. Por otro lado, quién puede olvidarse de ese sentimiento que generaba terminar primero una colección o conseguir el cromo u objeto más difícil. Esto era auténtico poder y liderazgo.
Las modas de colegio de los años 80/90
Con una democracia establecida y una sociedad basada en el bienestar en pleno funcionamiento, estas décadas suponen el inicio de las modas de recreo tal y como las conocemos ahora.
Canicas. Las míticas bolitas de cristal que nos jugábamos de rodillas y ante un hoyo excavado. Estos objetos ya se coleccionaban en décadas anteriores, pero siguieron siendo moda durante estas décadas. La idea fundamental era ganar al adversario y quedarte con sus bolitas.
La peonza. Otro de los juguetes de moda más antiguos. Jugar la peonza no te reportaba ningún premio material, sin embargo, el vencedor podía convertirse en una leyenda del patio. Niños y niñas se jugaban la integridad de su peonza en este juego de moda en los recreos.
Los tazos. Unos pequeños discos de plástico que solo se podían conseguir comprando bolsas de snacks. Son los primeros juguetes junto a los cromos en los que prima conseguir la colección completa con respecto a otras facetas del juego más competitivas.
Las modas de recreo a partir del año 2000
La llegada del nuevo milenio trajo consigo una mayor variedad de juguetes coleccionables y de otras tantas modas de colegio. Cada vez, los productos eran más especializados y diversos.
Los gogos. Una pequeña evolución de los tazos. Pequeñas figuras de colores tridimensionales coleccionables y que podías arrebatar a tus adversarios en un juego sospechosamente similar a otro que jugaban nuestros abuelos: ‘las Tabas’.
Las cartas. Otra evolución, esta vez de los cromos. Los mazos de cartas como las ‘Magic’ o las cartas de los todopoderosos ’Pokemon’ se basaban en el arte de coleccionar y además incluían un juego basado en el poder de cada carta que convertía las competiciones en auténticas batallas de estrategia.
Revisiones de juguetes antiguos. Hay dos ejemplos que cabe destacar. El primero fueron los yoyós semiautomáticos y que incluían luces estridentes. La segunda, los diábolos, hechos de materiales más ligeros y coloridos como la goma. Ambos generaban enormes corrillos en los colegios para demostrar las habilidades de cada niña o niño. Una auténtica moda de recreo.
Los juguetes de moda en la última década
Durante los últimos años las incansables modas de recreo han seguido generando tendencias en los colegios y juguetes con enormes demandas.
Los spinners. Imagina que inventas un dispositivo antiestrés durante los años 90. Imagina que un niño, 20 años después, encuentra este aparato, lo pone de moda como juguete y se vuelve absolutamente viral. Esta es la historia resumida de los míticos spinners. Un auténtico fenómeno mundial que ha generado miles de horas de contenido en YouTube y millones de euros en beneficios.
Letrabots. Su propio nombre no dice lo que son. Se trata de pequeños robots que se convierten en letras y viceversa. Hace pocos años fueron un fenómeno en Europa y el objetivo principal era conseguir tener el abecedario (o una versión de 26 letras.). Miles de niños y niñas han aprendido el alfabeto gracias a esta tendencia en juguetes.
Forever Rings. Se trata de pulseras de silicona de diferentes mensajes y colores cuyo principal nexo de unión es la palabra ‘Forever’. La tendencia infantil que encontramos es mucho más actual que la de otros juguetes de moda en los recreos, y es el ‘unboxing’ junto a las amigas y amigos para ver cuál te ha tocado.
Los clásicos que no fallan
Como hemos podido observar hay algunos clásicos que nunca cambian de moda y que sólo se adaptan a los tiempos:
Los juguetes coleccionables: tazos, gogos, letrabots… Al final se trata de la misma mecánica jugable y que con el paso de los años ha seguido siendo tendencia en los colegios.
Los cromos: desde los cromos más tradicionales hasta las cartas de juego. Coleccionar e intercambiar con los compañeros sigue siendo una actividad que genera pertenencia y que jamás pasará de moda en el colegio.
Las pulseras de silicona: Las pulseras de silicona de colores personalizadas también han sido una tendencia de colegio desde que comenzara el nuevo siglo. Además, con las nuevas posibilidades de personalización y opciones que ofrecen son siempre un objeto que con la idea adecuada puede ponerse otra vez de moda. Solo hay que dar con el mensaje adecuado y la clave para coleccionarlas adecuada.